Historias de Bucarest

lunes, 16 de abril de 2007

La espuma de la vida


Un viejo taxi Dacia nos conduce al aeropuerto de Baneasa. Bucarest está magníficamente primaveral, con su mezcla única de joyas e inmundicias arquitectónicas, como escribió Tertsch. Caos, ruido, sensualidad, agobio. En el minúsculo recinto de playmóbil del aeropuerto decenas de rumanos esperan su vuelo o se despiden de sus familiares. Visten hortera, hablan vulgar y forman las colas de forma atropellada. La concurrencia de Baneasa nada tiene que ver con la de Otopeni: de aquí se va a España e Italia, de allí a Europa Central y del Norte. En la ventanilla para Valencia un hombre de cuerpo orondo y gesto reposado pregunta en rumano quién es el último. Extranjero, pienso enseguida. Mi hermano habla con mi madre y el señor comenta algo en valenciano. Es rumano y lleva ya 25 años en Valencia. Ha venido de visita coincidiendo con las Fallas. Le llaman por teléfono y habla: sí, Mari. Y un micaguenlamar sonoro y rotundo como una naranja. Los pasajeros embarcan y subo el autobús. Antes he comprado Libertatea, Bild rumano. El ambiente invita a sumergirse en el mundo superficial y populachero del infame diario. Vedetes, ricos gordos y satisfechos, amores, escándalos, coches, fútbol y la chica página 5. B es de Targoviste, tiene 19 años, está en último año de Liceo y le gustan la lectura y el cine. Y al lado B, mostrando sus carnes orgullosa, sobre una cama con sábanas de ositos y braguita y sostén de leopardo. La espuma de la vida, que decía Espada, versión chaparral fetén. Y al final un hermoso reportaje sobre la vida de Gabi Balint, futbolista del Steaua y del Burgos, miembro de la Generación de Oro que llevó a Rumania al cuarto puesto en USA 94. Con Belodedici y Hagi formaban un trío inseparable. En las concentraciones dormían siempre en habitaciones dobles con tres camas. Eran tres hombres simples, tímidos y tranquilos, y enseguida congeniaron. Las únicas peleas eran por la música: el rumano nacionalista serbio Belodedici música de aquel país, Hagi tradicional arromana - minoría de origen macedonio de Rumania - y Balint Modern Talking. Y al lado algunas fotos espléndidas, los tres en chándal, junto a un encorbatado Valentin Ceausescu, posando con expresión de campesinos felices en un hotel americano.

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