Fría brisa de abril
Una brisa fría y ligera vacía las terrazas y frena la euforia primaveral en Bucarest. Las chicas - fetele - han de volver a taparse y las mesas están libres en las caóticas callejas de Piatsa Universitatsi. Cuatro gatos en las de Jos Palarie, en la calle que une la universidad con la iglesia rusa, uno de los lugares de las luminosas pascuas. Haciendo tiempo para la clase de las once me pierdo por el barrio viejo, y llego a Lipscani. Camino por el precario empedrado hasta llegar a la terraza de los mici. Viejas mesas cojas de hierro, cubiertas por manteles sucios y raídos, sillas de plástico sucias, el servicio informal y deslavazado y dos perros dormitando en el descampado de al lado. Está llena, como en los más duros días de invierno: trabajadores de banca encorbatados, pensionistas borrachines, algún estudiante. Al fondo, en la esquina, queda una mesa. Cuatro mici, un Ursus y Evenimentul Zilei. Habla de Miron Cozma, líder de los mineros de Valea Jiului que apalearon a los estudiantes opositores y derrocaron el gobierno del civilizado Petre Roman. Le indultó el siniestro Ion Iliescu - él les había llamado a Bucarest a principios de los noventa para resolver ciertas complicaciones democráticas - en 2004 y le volvió a encarcelar después de las protestas de la comunidad internacional. Cobrará del Estado 10.000 euros por la anulación del indulto, decisión ilegal. Se queja ahora el bárbaro del daño que le hizo tamaña injusticia. Salgo para clase.
1 comentarios:
Me alegro mucho amigo. Seguro que de aquí saldrá algo muy potente.
un fuerte abrazo
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