Frontera
He pasado el fin de semana en la playa. Dos días magníficos, llenos de buenas sensaciones y en excelente compañía.
Rumania tiene muy pocos kilómetros de costa, concentrados todos en el judet - provincia - de Constanza. Comimos en la pizzeria de la ciudad, visitamos el puerto, con el imponente casino, y después salimos hacia Vama Veche - la vieja frontera en rumano -, un pueblito de playa en la frontera con Bulgaria. En tiempos de Ceausescu el lugar era un centro de concentración extrañamente tolerado de hippies, punks y demás familias de avanzados. Ya no hay mucho de eso, pero alrededor de la playa no existen todavía bloques de apartamentos y algo queda del viejo sabor canalla y anticonvencional.
Bebimos cerveza en un chiringuito y nos bañamos en el mar Negro, todavía muy frío por estas fechas. La noche fue espléndida, bailando sobre la arena hasta el amanecer. La salida del sol me pareció un espectáculo único. Sentado frente al mar, con A, vi como el azul del agua se llenaba de tonos naranja. Solo y sin dinero, me senté a beber la última cerveza con unos muchachos de Bucarest, igual de amables que de salvajes. Pasadas las ocho dormimos en su vieja manta, hasta que el calor me despertó. Me levanté y caminé por la playa en silencio hasta la frontera búlgara. A lo lejos, en la claridad del día, se podía ver una parte del barco hundido, con su chimenea apuntando en diagonal al cielo. La gente dormía en sus tiendas de campaña, y el guardia de frontera hablaba relajadamente con un amigo sentado sobre una piedra. Abajo, a pie de playa, un bidón de color rojo con un alambre atado que llegaba a la roca separaba Rumania y Bulgaria. La levedad de esta frontera: todo un signo de los nuevos tiempos, y mejores.
3 comentarios:
No hay derecho. Un chiringuito a orillas del mar Negro y yo contando las olas que se adivinan en una fotografía aérea de Google Earth –donde, por cierto, la frontera es una caprichosa línea amarilla tan irreal como el bidón-. No hay piedad.
Salud.
solo faltaba esto http://www.youtube.com/watch?v=SjYYd1swTuM
nagy.siempre
Un saludo, di blasino.
Gran clásico, amigo nagy, sí.
Con un abrazo,
Happel-Marcel
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